Es todo culpa de la figura

Acabé el entrenamiento a las once de la noche y después me fui a la Playa del Azadón, y entonces... ¡Vi a Giroro todo contento salir disparado en su platillo volante! Decidí seguirle...

Al seguirlo, me dí cuenta de que iba hacia el Bazar Galáctico. Cuando llegó, estuvo todo el rato con temblores y a veces se tapaba los ojos. Vi que entraba en una tienda de antigüedades y compró una muñeca de cristal parecida a Natsumi. Después, volvimos al barco y me fui a dormir. Por la noche sentí unos pasos. Me parece que eran cerca del camarote de Giroro. Y después... ¡CRASH! Algo se rompió. Al día siguiente...

-¿Quién puedo haber sido? Cuando me entere, le dispararé con todas mis armas, lo trocearé con todos mis cuchillos y navajas y luego lo quemaré y tiraré sus cenizas por la borda.-gritó Giroro como un poseso.


Todos nos despertamos al instante, estábamos en pijama, Ondanda sin gafas, Lanito estaba echo una bola y más cosas raras…Mis compañeros parecían confundidos, excepto yo, que tenía cara de sorpresa; y Lanito, que estaba todo el rato sudando y tragando saliva.


-Ondanda y Kihuhu, podéis retiraros, parece que ya tenemos sospechosos...-dijo Giroro.

-Hermano, yo no he roto es figurita, yo sé que es muy preciada y muy cara, yo no querría romper el regalo para Natsumi.-dije.

-¿Cuántas veces te he dicho que no digas lo de Natsumi?-dijo Giroro

-¿Quién es Natsumi y porque no hay que hablar de ello?¿es una enemiga?-preguntó Lanito.

-No Lanito, ya te la presentamos ayer, Natsumi es una pokopense que le gus… (y me tapó la boca Giroro).-

-Gimimi y... ¿Cómo sabes tú lo de la figurita?-me preguntó Giroro.

-La verdad es que… de la que acababa el entrenamiento te ví volando en tu platillo volante y te seguí todo el camino… ¡Lo siento de verdad!-dije.

-Espera ¿Tú solo me seguiste?-preguntó Giroro.

-Si pero lo siento de verdad, lo siento, lo siento…-me disculpaba.

-No pasa nada, pero.. si tú no rompiste la figurita, entoces…-sospechaba Giroro.

Lanito estaba saliendo a hurtadillas...

-¡¡¡¡¡¡¡¡LANITO!!!!!!!!!!-gritábamos.

-Lo siento, yo... no quería romper esa figurita tan preciada, me levanté la las tres de la mañana y tenía mucha hambre y no encontraba nada rico, entonces entré en su camarote para haber si había algo por ahí y encontré algo envuelto en papel de chocolate y lo cojí pensando que era una chocolatina, mientras lo abría, como había tocado aceite de la cocina, se me resvaló y se me calló, lo recojí y lo volví a meter en el cajón…¡¡LO SIENTO DE VERDAD, LO SIENTO MUCHÍSIMO!!-dijo Lanito.

-Tanto dinero hecho pedazos.-dije.

-Lanito, me las pagarás, y Gimimi, no te vas a ir tan fácilmente, tú me espiaste así que váis a limpiar todo el barco excepto mi camarote.-nos regañó Giroro.

-¿Por qué no?-preguntó Lanito.

-Yo lo se… es que tiene escondidas fotos de…(y me volvió a tapar la boca)-

-¿Fotos de qué?-preguntó Lanito.

-No te importa.-dijo Giroro.

-Pero ¿De qué son las fotos?-volvió a preguntar Lanito.

-De… de… paisajes, eso, de bonitos paisajes de todos los planetas de la Vía Láctea.-le respondió Giroro.

-Pues que decepción, capitán...-respondió Lanito.

-¡Bueno, callar y limpiar! Ahora son las 5:00, tenéis que acabar para las 7:00.-dijo Giroro.

-¿En dos horas limpiar este inmenso barco?-preguntó Lanito.

-¡¡¡¡¡IMPOSIPLE!!!!!-grité.

-Menos hablar y más barrer, fregar, ordenar, recoger, etc…


Cuando se marchó Giroro de la Sala de Reuniones, Ondanda me dijo:


-¡Pssst! Yo te echaré un anca, limpiaré mi cuarto.-

-¡Yo también te ayudo, mi cuarto quedará perfecto!-exclamó Kihuhu.

-No, gracias, chicos, esto es cosa mía y de Lanito.-dije.

-Oye, Gimi, voy a transformarme en una bola de lana gigante y voy a ir rodando cubierto de jabón y agua y lo limpiaremos el triple de rápido. ¿Te parece bien?-propuso Lanito.

-Solo si no te mareas.-dije.

-¡Descuida, si lo hago cada vez que limpio mi cuarto!-exclamó Lanito.


Cuando me tocó limpiar las habitaciones de Ondanda y Kihuhu, estas ya estaban limpias.


-Dichosos los ojos...-dije.


La verdad es que con la técnica de limpieza de Lanito acabamos en un pispás, así que me encargué de pegar los trozos de la figurita y mientras tanto, Lanito estaba haciendo una bufanda de calaveritas con su lana exprésamente para Natsumi. Al mismo tiempo, Giroro hacía chocolate casero, se olía a kilómetros de distancia. Hizo seis tabletas de chocolate, cada uno comimos uno, la que sobraba seguro que era para Natsumi...

Yo no suelo comer dulces, me gustan más las cosas amargas, pero a veces, un poco de dulce no pinta mal.

Lanito ha aprendido a tener más delicadeza con las cosas y a picar a la puerta antes de entrar (ya ha dado más de un susto mientras alguien estaba en el baño) y yo aprendí a no meterme donde no me llaman.