Hoy, estabamos paseando toda la tropa por Shibuya, y entonces...
-¡Princesaaa!-dijo un keronense con pinta de mayordomo.
-¡Mayordomo Jomomo!-dijo Kihuhu.
-¡Hija!-decían sus padres.
-¡Cómo me habéis encontrado!-dijo Kihuhu.
-Oh, señorita, usted siempre lleva puesto el collar-localizador.-dijo el Jomomo ese.
-¡¡Ooooh, tropa Giroro, muchas gracias por cuidar de la princesa!!-dijo una keronense con pintas de cocinera.-Me presento, soy la cocinera real Duriri, encantada.
-Yo soy Jomomo, el mayordomo real y personal de la princesa Kihuhu de la noche.-dijo Jomomo.
-Yo soy Hokiki, el rey del amanecer y esta es Kohihi, la reina del atardecer. ¡Os daremos una gran cantidad de dinero por cuidar tan bien de nuestra preciosa joya!-dijo Hokiki.
-No, no ha sido nada... No necesitamos el dinero, solo queremos una renov...-dijo Giroro.
-¡Un banquete, un gran banquete! ¡Sí! ¡Jomomo, llévalos a palacio, Duriri, prepara los platos! ¡Vamos!-dijo Kohihi.
-...Ación, quería decir renovación...-dijo Giroro.
-No te preocupes, al menos hoy comeremos gratis.-dije.
Y al llegar...
-¡Por favor, quitáos los trajes pokopenses!-dijo Jomomo.
-¡¡ME-TA-MOR-FO-SIS!!-dijimos todos.
-¿Me permite?-preguntó Jomomo.
-¿Permitirte el qué?-dije.
-¡Por favor, señorita! ¿Podría darme su bufanda?-preguntó Jomomo.
-¿Mi-mi qué? ¡Estás tonto o qué, no me la quito nunca, es mi vida!-grité.
Después, nos sentamos en una mesa dorada y lujosa... ¡Qué ricos!
Cuando nos trajeron la comida (que por cierto, olía de maravilla) todos empezamos a babear...
-Por favor, escuchad atentamente... Antes de comer, la reina Kohihi dirá unas palabras de agradecimiento...-dijo Jomomo.
-Ejemm... Quiero dar gracias de todo corazón a la tropa Giroro... Este banquete lo ha preparado Duriri de todo corazón... Ahora, a comer.-dijo Kohihi.
-Permitidme... De primer plato hay costillas de cerdo keronense con patatones y salsa de mora-mora con pimiento picantísimo nagnag-o y trozos de almendras gigantes dulces. De segundo plato hay espaguetis con albóndigas de dodostro galáctico y queso fundido de leche de calabra con salsa picante de chili y frambuesasas. De postre, tarta de pitahaya, mora, frambuesa, chocolate de oro, chocolate de plata y conejos de caramelo. ¡Que aproveche!-dijo Duriri.
-AaAaAaAaHhHh... Se me hace la boca agua... ¡a zampar!-dije.
-¡Grumm, grumm! ¡Qué rico!-dijo Lanito.
-Usted es... ¡Ururu!-dijo Hokiki.
-S... ¡Sí! S...Soy yo...-dijo Lanito o ''Ururu'' con cara de preocupación.
-¡Ururu! ¡Entonces eras tú! Ya decía que me sonabas de algo...-dijo Kihuhu.
-S...¡Sí! Pe...p...pero... N...no me castiguéis.-dijo Lanito.
-¿''Ururu'', qué es lo que está pasando aquí?- dijo Ondanda.
-V... verás, Ondanda... Y...yo me es...escapé hace un año de casa de Kihuhu... nunca había salido de esa casa desde entonces, estaba pr...prácticamente encerrado, era su mascotita...-dijo Lanito.
-¡Mascota! ¡Pero si eres un keronense!-dijo Giroro.
-N...no...-dijo Lanito moviendo la cabeza en gesto de negación.
-Uru... digo, Lanito al principio era una oveja keronense, pero...-murmuró Hokiki.
-...Lo donamos para que hiciesen experimentos para el ejército de Keron... Y lo transformaron en ese keronense oveja.-dijo Kihoho.
-¿Y cómo es que os lo devolvieron?-dije.
-Bueno, Ururu no era fuerte, ni tenía buena puntería, ve algo mal, no tiene equilibrio, es lento... no tenía las condiciones de entrar en el ejército.-dijo Kihuhu.
-¡Y no quiero volver con vosotros, me enfado! ¡Fu!-dijo Lanito.
-¡Por qué, si eres mi preferido!-dijo Kihuhu.
-Y si soy tu prefe... ¿Por qué nunca hablaste de mí cuando estábamos con Giroro y los demás, eh?-dijo Lanito.
-¡Por que...!-murmuró Kihuhu.-Da igual...Me voy a mi cuarto.
-Kihuhu...-murmuré.
-¡Señores, esta cena estaba exquisita! Pero tenemos que marcharnos.-dijo Giroro.
-¡Pero porqué!-susurré a Giroro.
-Por que el ambiente está muy tenso...-me susurró Giroro.
-¿Decías? No te había entendido bien.-dijo Hokiki.
-Perdonen, mi marido es algo sordo. Cariño, los invitados dicen que tienen que irse.-dijo Kihoho.
-¡Sayonara!-grité.
-Con su permiso y buenas tardes.-dijo Giroro.
-¡Hasta nunca, tontos!-dijo Lanito.
Y cuando salimos de la casa, ví a mi mejor amiga, mi mejor amiga de la infancia. Nos conocimos entrenando para el ejército. Musicsic...
-¡Hey, qué hay, nena!-gritó Musicsic.
-¡Musicsic!-grité.
-¡Hey, hacía años que nunca te veía!-dijo Musicsic.
-¿Quién es ella?-dijo Ondanda.
-Eh, gafotas. Soy Musicsic, el placer es tuyo.-dijo Musicsic.
-¡Eh, no le llames eso, que...!-murmuré.
-¿Que qué?-preguntó Musicsic.-Bueno, esto, que yo quería unirme con vosotros... Me han ascendido y la única tropa a mi altura es esta, asín que... pos eso.-
-Vale, vale... ¿Qué sabes hacer?-preguntó Giroro.
-¡¡Flauta!!-gritó Musicsic.
-¡Ay, no grites!-dijo Lanito.
Y en sus manos apareció una flauta dulce.
-Esta melodía se llama ''Melodía de la muerte'', espero que os guste.-dijo Musicsic.
Y empezó a tocar. De repente, aparecieron unos monstruos, y paró de tocar.
-Ama...-murmuraban los monstruos.
Y volvió a tocar. Los monstruos empezaron a bailar.
-¿Eso es todo?-preguntó Giroro.
Y entonces, paro. Y volvió a tocar, pero esta vez, parecía una melodía más agresiva. Entonces, uno de los monstruos agarró a Giroro y lo lanzó por los aires. Otro monstruo lo recogió.
-Esto solo es un ''jueguecito'' para mis gólems. ¿Quieres que se pongan agresivos?-dijo Musicsic en tono de sabionda.
-N...no... gracias, ya me lo imagino.-murmuró Giroro.
-Wow, ¿así que eso fue lo que aprendiste?-pregunté.
-Bueno, sí, todavía me quedan más ''Partituras del infierno'' por aprender, pero estan escondidas por la galaxia.-respondió Musicsic.
Y entonces, nos fuimos al barco. Yo le enseñé su nueva habitación. Como no teníamos previsto que Kihuhu se fuese, la habitación no era del estilo de Musicsic. Estabamos las dos solas.
-Bueeeeeeeenooooo... No está mal, pero prefiero algo más... oscuro... algo más... diabólico... algo más... terrorífico. Aunque terrorífico ya no suena tan terrorífico como antes... no sé que palabras decir...-murmuró Musicsic.
-Con la Kerobola lo arreglarás en un pispás.-dije.
-Seep. Pero, dime, ¿por qué defiendes a Ondanda, eh?-dijo Musicsic.
-Bueno, digamos que estoy enamorada de él...-dije.
-¿¡TÚ!? ¿¡LA MEJOR GUERRERA DE LA COMANDANCIA!? ¡Tú no naciste para enamorarte! Tu naciste para disparar... ¡Bang, bang!... Para cortar... ¡Chiiiiaaaaaas!... Para... bueno, para matar...-dijo Musicsic.
-No, bueno, también tengo sentimientos.-dije.
-Pfff... menudos sentimientos... Tu no necesitas enamorarte... ¡Lo tienes todo! Dinero, una casa, familia, salud...-dijo Musicsic.
-¿Salud? Me falta un ojo y una anca y... ¡Tú no lo entiendes, tú corazón está lleno de telarañas y oscuridad. Vampiros, murciélagos y esas cosas.-dije.
-¡Sí, es lo mejor!-dijo Musicsic.
-Ñeee... bueeeenoooo...-murmuré.-dije.
-Jeje... La verdad es que yo también tengo uno, es Gakkikki... a él le gusta también la música...-dijo Musicsic.
-Pero no sabe dominar gólems con la flauta, a que no...-dije.
-¡Ja, claro que sí! Y además está a punto de encontrar la quinta partitura.-respondió Musicsic.
-Bueno, yo me voy a dormir, que ya es tarde.-dije.
-Bah, sí, yo estaré cambiando todo esto...-dijo.
-Hasta mañana.-dije.
-Bye.-dijo.
Y me dormí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario