Después de haber excavado todo, encontramos aquel bosque que se mencionaba y vimos a Ondundu.
-¡Abuelo! ¡Hacía un año que no te veía! ¿Qué haces aquí?- dijo Ondanda
-He estado investigando este ecosistema y es mucho más puro que el de Keron. La contaminación allí es insufrible...- dijo su abuelo.
-Pero... ¿Por qué no se lo dices a la Comandancia?- pregunté.
-Hermana, aquí hay mucha naturaleza, si se enterasen los demás, explotarían este lugar, extraerían piedras preciosas y acabarían con el paisaje...- dijo Giroro.
-Pero... ¿Ahora qué le decimos a la Comandancia?- dijo Lanito.
-Tendremos que inventarnos algo.- dije.
-Uhhh... Teengoo una idea...- dijo un anciano muy viejo- Me llamo Uhhuhhu... encantado...
-¿Solo viajásteis vosotros dos?- dijo Lanito
-Este lugar era demsiado peligroso como para enviar a mucha gente.-dijo Ondundu.
-La ideah esss... decir a la Comandancia que rastreásteis el lugar.... Uhhh... Y que no había nada...-dijo Uhhuhhu.
-Ya, como si se lo creyesen...¿Y los Nácrats o lo que sean, qué?- dije.
-Tomad esto... acabo de construirlo.- dijo Ondundu mientras nos daba un aparato extraño.- Es la Pistola Sólo Se Recuerda Una Cosa Dos Veces. Programáis lo que queráis borrar de la mente de la Comandancia y disparáis el rayo. Ondun, ondun, ondun...
-¿Funcionará?- pregunté.
-¡Al 100%!- exclamó Ondanda.
Nos disponemos a regresar a Keron. A ver cómo nos las apañamos...
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